Es un viaje hacia el sur, es la carretera nacional- 435, la que se interna a través de un mar de encinas desde, Barcarrota hasta las puertas de Higuera la Real,  por el Valle de  Matamoro y  Valle de Santa Ana, uno de los paisajes más armoniosos del entorno mediterráneo y del sur extremeño, que dan forma a la comarca, Jerez Sierra Suroeste.   

Quizás sea el gran escenario de la naturaleza lo que invade el horizonte de esta comarca,  pero también es el gran teatro de la historia lo que inunda  el trazado urbano de  Jerez de los Caballeros, reductos de los últimos templarios, de la fronteriza, Fregenal de la Sierra, con su defensivo castillo y su entramado urbano declarado conjunto histórico artístico y de la línea defensiva de los castillos de Salvaleón, Alconchel, Zahínos , Higuera de  Vargas y Salvatierra de los Barros.   

La comarca es una tierra de fronteras con aires lusitanos, que camina desde Valencia de Mombuey, Oliva de la frontera,  hasta Moura y Monsaraz, ya en el horizonte alentejano. Unas fronteras  que a lo largo del tiempo han ido atesorando la fusión de todas las civilizaciones que por aquí pasaron, un generoso legado donde  despunta la monumentalidad de pueblos y villas cargados de historia, para conocer y descubrir de la mano de guías locales.

Una cultura que ha dejado una profunda huella en el vivir diario donde aparecen un reguero de tradiciones y fiestas populares que animan al viajero a conocer y descubrir, obligado, la Semana Santa de Jerez, la pasión viviente de Oliva de la Frontera, el festival templario, la romería de los Gitanos en Fregenal y un largo calendario de festejos populares.

Es un paisaje de dehesa arbolada, que  lo inunda todo, un infinito manto verde de encinas y alcornoques, una orografía privilegiada,  abierta  a la práctica de senderismo, experiencias de naturaleza, rutas BBT y un importante turismo activo. Un escenario de naturaleza donde viven un catálogo de casas rurales desde donde compartir y vivir, este grandioso decorado de cielos estrellados.                                                                                                                                                                   

Es el cerdo ibérico, un animal emblemático que lleva  formando parte del paisaje  desde el comienzo de los tiempos, un tesoro genéticos que forma parte de la  historia, de la cultura popular, de la propia vida de los pueblos y de una floreciente industria de trasformación de productos del Cerdo Ibérico que alimenta la economía de la comarca y da vida a un importante Turismo Gastronómico, con visitas guiadas  a los secaderos donde duermen los jamones.

Una  tradición ancestral, en la cría y trasformación del cerdo Ibérico  que ha dado como resultado uno de los productos estrella de la gastronomía Española, el Jamón Ibérico de Bellota.                                      Una auténtica maravilla para el paladar, un concierto de sabores y aromas, de un regusto infinito que convierte estos jamones de bellotas,  en productos únicos.

Aquí todos los caminos que sigamos nos llevan de alguna manera al encuentro del preciado Jamón Ibérico.   A lo largo del año, un extenso calendario de actividades que animan la vida de los pueblos, las populares matanzas, Salón del Jamón ibérico, Día del Jamón, saborea la dehesa y un reguero de jornadas gastronómicas y  encuentros profesionales,  donde los, Restaurantes de la Comarca, se esfuerzan por presentar lo mejor de las cocinas del ibérico.

Hay una carretera que camina desde Salvatierra de los Barros  a  Villalba de los Barros,  dejando atrás los campos adehesados y adentrándose en un nuevo paisaje de extensos campos de viñedos, donde crecen las variedades de, Macabeo, Cayetana, Tempranillo, Pardina, Garnacha y Cabernet Sauvignon.  Son las comarcas vitivinícolas de Tierra de Barros  y Matanegra,  productoras donde se asientan un racimo de bodegas, productoras  de los  mejores vinos amparados  bajo la Denominación de Origen.                                                                                                                                                                                                Vinos que han nacido  bajo el cielo azul de esta tierra, vinos atrevidos que descansan a la sombra de bodegas centenarias que se abren al, enoturismo, un escenario de catas, visitas guiadas y experiencias únicas, vinos excelentes que conquistan día a día los mercados europeos.                                                  Vinos para compartir, para acompañar el mejor Jamón Ibérico del mundo.

By. González Borrallo.