Son tierras milenarias que conocieron los primeros asentamientos en tiempos del Paleolítico y Neolítico. Ecos del pasado que aún se conservan en monumentos megalíticos, como el Dolmen de Lácara, declarado monumento nacional.  Las pinturas rupestres, en Arroyo de San Serván, y un reguero de atalayas y abrigos, que se reparten por toda la comarca                                                                                                                                  Pero es la huella romana la que de verdad ha quedado impregnada  en estas tierras, a lo largo de un reguero de historia que se extienden, por los restos de villas romanas, presas, puentes, calzadas y la Vía Romana de La plata, para desembarcar en la monumentalidad de la Emérita Augusta, declarada  ciudad Patrimonio de la Humanidad, el gran escenario para conocer de la mano de guías locales que nos acompañan por los ecos de épocas pasadas.

Es la dehesa y el bosque mediterráneo los que invaden el norte de la comarca,  un escenario de naturaleza que da forma al Parque Natural de Cornalvo, al Embalse de los Canchales, la Sierra Bermeja y el Embalse Romano de Cornalvo, por donde discurren  rutas de senderismo, que se internan por un territorio de gran importancia ecológica, espacios protegidos y destino obligado para un, turismo ornitológico y un intenso turismo de naturaleza, que se pierde por la grandeza de la dehesa, donde se abre un escenario de experiencias únicas  que se acercan, a los pueblos linderos que rodean el parque, pueblos para compartir el encanto y  la serenidad de la vida rural, desde una importante red de Alojamientos Rurales.

Más al sur, la orografía va dando paso a extensos llanos de cultivo,  donde el río  Guadiana, es el gran pasillo verde, un escenario diverso,  un corredor donde se asientan los  Pueblos de Luz, un rosario de pueblos de colonización que caminan junto al río, Novelda del Guadiana, Valdelacalzada, Guadiana, Pueblo Nuevo del Guadiana, Villafranco del Guadiana, Guadajira,  Puebla de la Calzada, Montijo,  Arroyo de San Serván y Calamonte, ya en las puertas de Mérida.

Son pequeños oasis de sostenibilidad, un entramado urbano donde aflora una arquitectura de vanguardia, diseñada y pensada para la vida.  Son miles de hectáreas de regadío, cientos de kilómetros de acequias y canales,  un  horizonte de campos  de Arroz, de Maíz, de pimientos y productos de la huerta y abanico de  frutales, donde las Naranjas son protagonistas. Frutales  cuya floración se convierte en la población de Valdelacalzada, en toda una fiesta de la flor.

Es una tierra rica y generosa, una gran despensa que se abastece de los sabores de la Huerta, de los peces del río, de los aires  lusitanos y los sabores profundo del Aceite de Oliva de Lácara.  Esta abundancia de productos naturales ha generado en el tiempo una gastronomía que se funden y se alían mágicamente en una geografía de verano de cielos azules y noches calurosas, donde encontramos, Restaurantes,  con una excelente cocina, fogones  que alivia el cuerpo y refresca el sueño.

También es una geografía del vino, es la subcomarca  vinícola de Ribera Baja, un horizonte de viñedos y bodegas  que se extiende desde Villar del Rey, hasta los llanos de Olivenza.  Una cultura del vino  que              está experimentando un profundo crecimiento dentro del marco del enoturismo, ofreciendo al viajero la posibilidad de disfrutar de la magia del vino en visitas guiadas a  bodegas donde se abren una oferta de enoturismo gastronómico ,en un perfecto maridaje con  la calidad de los vinos extremeños, junto con espacios Gourmet y restaurante que surgen paralelos el acercamiento a  las bodegas, una oferta para disfrutar   de una  cocina tradicional fusionada con las nuevas innovaciones culinarias donde  el viajero podrá disfrutar de todo el gran escenario del vino.

Para el viajero que quiera caminar por la Comarca de Lácara,  acompañando al río Guadiana,  se encontrara en cada parada en el camino de la Historia, en la Monumentalidad de las ciudades de Badajoz y Mérida.        Será un viaje por el camino del agua, por campos llenos de vida, donde se asientan pueblos mágicos, pueblos serenos que atesoran su particular forma de vida, un viaje de naturaleza, de dehesas y atardeceres, un viaje para descubrir.