Es el gran pasillo del río Tajo, un largo camino, desde las tierras rayanas de Alcántara, hasta las mismas puertas del Parque Nacional de Monfragüe. Una geografía decorada por un mar de encinas y llanos esteparios, donde los ríos, Tajo, Salor y Almonte, son protagonistas.
La comarca Tajo, Salor, Almonte, ha sido siempre tierra de fronteras, marcada por el curso del mismo río, una delgada línea donde se han ido asentando un reguero de ciudades declaradas, conjuntos históricos Artísticos, como Alcántara, Brozas, Garrovillas de Alconétar y Monroy. Un escenario de mil batallas, de conquistas y reconquista, de órdenes Militares y encomiendas que fueron dando nombre a estas tierras.
Un turismo cultural que también camina, por el puente romano de Alcántara, por la plaza mayor de Garrovillas, en el espacio arqueológico del tesoro de Aliseda, en los restos de la torre de floripes y el puente de Alconétar, en la catedralina de brozas y su impresionante conjunto hitoríco y por entramado urbano de Navas del Madroño, declarado pueblo de la Chimeneas.
Pero estas comarcas también ofrecen una geografía única donde vive la fauna y la naturaleza, lugares privilegiados como, el Parque Natural Tajo Internacional y Reserva de la Biosfera Transfronteriza, el embalse de Talaván, que da nombre a la, Zepa Embalse de Talaván, un reducto de grullas y aves migratorias, que se ha convertido en destino de los amantes de la observación de aves y los grandes espacios abiertos.
Los pinares de Garrovillas, los llanos de Alcántara y Brozas, en los llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, en el término de Arroyo de la luz, donde se abre, la dehesa de la luz, la primera dehesa cultural de Europa y por la floración de los Almendros en garrovillas de Alconétar y por supuesto el Monumento Natural, los Barruecos.
Un espacio singular, de Agua y Rocas, que da forma a pequeñas islas refugio, formadas por enormes afloraciones de batolitos graníticos que lo convierten en Parque Natural. Son los Barruecos, un gran berrocal y refugio de flora y fauna y un destino obligado de turismo de naturaleza, un escenario ideal para rutas a caballos y rutas de senderismo Un enclave único en Malpartida de Cáceres, también declarada pueblo europeo de las Cigüeñas.
Un entorno que atesora, El Museo Vostell, El Lavadero de Lana, los centros de Interpretación del Agua, Vías Pecuariasy Monumento Natural, junto con un desfile de rutas turísticas, que se internan a través del humedal de las cigüeñas. Para el viajero amante de la naturaleza las comarcas Tajo, Salor, Almonte, ofrece cien caminos para descubrir, espacios únicos para vivir, aprovechando la red de alojamientos rurales que se integran en la propia naturaleza. Esta geografía es también es un horizonte de agua de pequeños mares interiores, caminos de agua para la práctica de deportes náuticos, rutas en Kayak y descenso de río, un nuevo escenario buscando paisajes distintos para navegar desde los barcos del Tajo.
Es también un destino para compartir, un viaje para vivir por los pueblos de la comarca, Navas del Madroño, Mata de Alcántara, Villar del Rey, Navas del Madroño, Arroyo de la luz, Piedras Albas, Hinojal, Talaván y Santiago del Campo, pueblos que atesoran el encanto de la vida rural, lugares únicos para conocer y descubrir, aprovechando la calidez de hoteles y alojamientos turísticos de la comarca. Pueblos que ofrecen un rosario de fiestas populares y eventos gastronómicos donde despuntan, la fiesta de la Tenca, La Mormentera, la Pedida de la Patatera, la Encamisa y por su puesto lo mejor de cada cocina en un desfile de restaurantes que alimentan estas tierras.
Son pequeños tesoros de sabores y aromas, son quesos artesanos que recorre toda la comarca, en Arroyo de la Luz, Sierra de Fuentes, Almoharín y por supuesto de, Casar de Cáceres, población que cuenta con Museo del Queso, la, Denominación de Origen, la semana de la Torta y un puñado de Queserías, donde degustar y saborear un mundo de sensaciones y experiencias que se adentran en visitas guiadas a las queserías.
La comarca, Tajo, Salor, Almonte, es una geografía privilegiada, un mundo para descubrir, para caminar por una franja de la historia, para compartir las fiestas populares y la propia vida de sus pueblos, para disfrutar de una gastronomía generosa y lo mejor de la tierra, para adentrarse por un infinito horizonte de naturaleza.
By. González Borrallo.
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